jueves, 27 de septiembre de 2012

Pasados ocultos. - Capítulo I

Buenos lectirhofilos/as míos, voy a iniciar una nueva historia con la ayuda de unas bloggers u otras amigas con la cuál, será muy variada,y espero que divertida,entretenida y lo que esperamos, que enganche. Este es el primer capítulo de un nuevo estilo de novela que estamos creando, hablándolo todo en primera persona y los pensamientos de ellos. Aquí una breve leyenda.

 Los guiones (-) refleja el diálogo del chico.

 Los mases (+) refleja el diálogo de la chica.

 La letra en negrita refleja el pensamiento del hombre.

 La letra subrayada refleja el pensamiento de la mujer. 

Y junto a Marina Ramirez, aquí empieza la historia:


- ¿Qué dices?
+No he dicho nada.
-No me lo niegues, en eso saliste a tu padre, siempre que te enfadas hablas en voz baja.
+Tú y tu manía de compárame siempre con mi padre… Ya te he dicho que no estoy enfadada.
- ¿Entonces porqué estas mosqueada, encabritada o con una pataleta, si se puede saber?  Después de tanto tiempo no me puedes recibir de esta manera…
+Haber Nathan, después de la manera en que te fuiste...  ¿Esperas otra bienvenida?
- Otra vez con la misma historia, me dieron una beca deportiva y con eso he podido salir de aquí. Mis abuelos no podían pagarme la universidad y empezaba esa misma tarde.
+ Pero a mí me dejaste aquí, me olvidaste, sabías que yo quería mi beca de canto y no me la dieron, y tu te fuiste, sin avisar, sin explicaciones, sin despedidas, así, sin mas…
- Te podías haber puesto en contacto conmigo, porque como tu sabes, me fui con lo puesto Nicole. También tienes razón, puse poco de mi parte…
+ ¿Qué yo me pusiera en contacto contigo? Perdona señorito, pero te llamé varias veces, y me lo cogió una chica… Muy poco diría yo.
- ¿A qué celular llamaste, al antiguo mío o al de aquel paquete que te envié?
+ ¿De que paquetes hablas? No te inventes cosas Nathan.
- Cómo que qué paquete, te envié un paquete con mi nueva direccióny celular, incluso te envié una foto mía con mi nuevo equipo de baloncesto.
+ Ese paquete del que me hablas nunca ha llegado a mis manos.
- Si es que lo sabía, pero como lo sabía…
+ ¿Qué pasa?
- Lo sabes bien de sobra, porqué ese paquete nunca llego… Tú madre nunca me trago.
+ No puede ser...  Mi madre nunca me escondería nada… o puede que sí.
-No lo sé, acuérdate que siempre andábamos a escondidas de ella para jugar desde que eramos pipiolos.
+ Bueno, es cierto… No creo que sea buena idea que ella te vea aquí, creo que deberías irte, y quizás después me puda pasar por tu casa o quedamos en el Starbucks que han puesto nuevo a dos manzanas de aquí –me siento en el escalón del portal.
-De acuerdo, haré caso a lo que me dices, y lo siento por el susto de antes, se que estas barbas no son las mías – hago un amago de irme pero me quedo – Eh… ¿Dónde esta el Starbucks decíamos? –Mientas lo decía con cara de pillado.
+ No pasa nada –me río- A dos manzanas de aquí. ¡Ah!  Y aféitate.
- Afeitar no, recortar – mientras me atuso la barba – ninguna encontráis la diferencia, ¡ ni que fuera tan parecido!
+ Vale señor naufrago, ni que fuera tan grave, y ahora ale, fuera de aquí, en veinte minutos te espero –me acerco y le doy un beso en la mejilla – Aú, pinchas.
- Lo que usted diga “marinerita Niki” – le devuelvo el beso – no me espera que me fueras a despedir así después de lo ocurrido. Me gusta tu ombligo, si no lo tapas cogerás frío.
+ Pero.. –suelto una carcajada- adiós- y le cierro la puerta en los morros y subo por el ascensor a toda velocidad, sin mirar atrás.
Siempre me hacía lo mismo, cerrarme la puerta en las narices con una sonrisa en la cara, nunca cambiará. Ahora me toca volver a casa, depositar todas mis cosas, asearme y al Starbucks ese… - Vaya vida esta.
Llego a la puerta de casa, abro y no hay nadie, bien, voy a mi habitación, me asomo a la ventana y como esperaba que fuera lo veo alejarse, ha cambiado en estos años, pero sigue siendo aquel pequeñajo de siempre. Diez minutos después estoy lista, solo me falta pintarme, lo hago y me pongo en marcha.
Abro la polvorosa puerta, aún que vieja, no chirría. La única herencia de la familia para mi, bueno, dejemos los melodramas. Ahora a ir al cuarto y ducharse. En quince minutos ya estaba listo, con la barba recortada, sus típicos vaqueros rotos y su sudadera, calzándose a toda prisa, mientras se cae por las escaleras, porque como siempre, la puntualidad no es su punto fuerte.
Después de caminar con este frío, llego al Starbucks donde he quedado con Nathan, y como que espero cinco minutos y no llega. Llamo al chico que hay al otro lado de la barra.
+ Ponme un café solo, por favor.
- Mejor le traigo un chocolate – me dice muy sonriente.
+ Esta bien –y le correspondo.
Según me levanto del suelo tras ponerme el dichoso calzado salgo escopetado de casa, y durante el camino cogí una docena de eso deliciosos churros que hacía la familia González desde hace años.  Llego a Starbucks y veo que ya está sentada, por lo que decido entrar.
- Buenas tardes ¿esa chica ha pedido?
- Sí, un chocolate.
- Pues sírvame otro y déjame llevárselo - los recojo y empiezo a vocear- Nada que un chocolate para calentarse para la noche, y que mejor compañías que la de unos churros caseros y el peor chico del mundo –mientras me dirigía hacia ella.
+ ¿Estás loco? No grites, te va a escuchar todo el mundo – le tapo la boca - ¿Qué has traído?
–  Si me quitas la mano de la boca te lo digo –mientras sonreía- Vale que llegue tarde y que diga esto a voces medio del local, ¿pero a que ha estado bien?
+ Yo diría que todo el mundo se nos está quedando mirando y esperando una explicación de por qué gritas – me río – Está bien, ya te quito la mano de la boca.
- ¿PUES SABÉIS POR QUÉ GRITO? QUEDE CON UNA AMIGA, QUE NO VEO DESDE HACE TIEMPO Y AÚN ASÍ LLEGO TADE – mientras me río – ahora que todos nos miran mejor vamos a tomarnos lo que acabo de traer, dos chocolates y churros González, esos que sé que te chiflaban.
+ PERDONARLE, PERO ES QUE HOY SE HA BAÑADO CON AGUA FRÍA Y SE LE HA SUBIDO LA TONTURA A LA CABEZA – otra carcajada por mi parte - ¿He oído bien? ¿No serán aquellos churros de los que me daban hipo al comerlos?

Voy a ignorar lo que ha dicho, por que lo del agua fría es cierto. – De esos pueden ser… No me mires así, que sabes de sobre que me gustaba verte cuando tenías hipo – mientras contengo la risa - ¿Sabes que odio que te maquilles? Parece que lo haces aposta.
Si el supiera que en estos años me he maquillado más que todas las chicas de clase… +Tranquilo, es solo por hoy, pero bueno, ¿Qué tal te ha ido todo por allí?
-Pues bien, gracias a la beca deportiva he podido ir a la uni, y mientras ni bajara del notable me dejaban estudiar sin pagar nada. ¿Y tus últimos años aquí que tal? Ya estarás en segundo de bachiller, porque con esas notazas que tenías…
+ Pues sí, estoy terminando este último año, espero que todo salga bien y si es así podré ir a Nueva York y estudiar en la mejor carrera de canto, ya sabes, yo y mis composiciones.
Ella y sus cantos… Nunca la he oído cantar, haber si la hago una encerrona - ¿De canto? ¡No se qué canto, ni en la ducha te he oído cantar! Ni un cumpleaños feliz, mira lo que te digo – mientras la sonreía.
No sé si responderle o no, quizás no sea buen momento para decirle lo que ha pasado estos años atrás, mejor lo dejo para otro momento.
+ Nathan, es que yo… No sé si… Creo que….
No he podido resistir, y una lágrima cae por mi mejilla recorriéndola.
-Joder, siempre que bromeo con los sueños de las personas lo fastidio todo.
+ No es eso, es  que….
- No te pongas así, que tienes una voz muy dulce, ¡y con esos labios estarás haciendo una gran publicidad a las marcas de maquillaje mundialmente conocidas y cantándole el happy birthday to you al presidente! Por favor, olvida lo de antes.
No puedo más, levanto la cabeza y empiezo a llorar +Tengo que irme – y salgo corriendo del Starbucks a toda prisa, no miro había ningún lado, solo corro a toda velocidad, a lo que me dan las piernas,  siento un pequeño dolor, pero no por correr, si no ahí, dentro, en el corazón. Me paro en seco. Tomo un atajo y vuelvo a casa por los bajos.

Fdo: NS&MR

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